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jueves, noviembre 17
Porque yo no inventé nada
Y para que vean que lo que escribí no es producto de la histeria femenina y que de hecho fui re naif, trascribo la Pequeña teoría de las especies, que publicó Hernan Casciari* en su blog el 24/09/04.
Ya es hora de que alguien hable del gran tema tabú alrededor de la inmigración argentina en España. Y es que todo el mundo mira para otro lado ante la gran pregunta: ¿Por qué hay innúmeras parejas formadas por argentinos-macho y españolas-hembra, mientras que casi no existen relaciones estables entre argentinas-hembra con españoles-macho?
El argentino-macho, desde el principio de los tiempos, se topa con el mayor problema de su especie: la hembra de su entorno es un animal hermoso y exigente. Igual que los peces, que cuando bajaron las mareas debieron convertir sus aletas en patitas para sobrevivir, el argentino-macho tuvo que desarrollar su labia como sistema de seducción para no quedarse atrás.
¿Por qué desarrollaron la labia, y no por ejemplo los bíceps, como hacen las especies industrializadas? Porque aprender a hablar es gratis, mientras que un gimnasio cuesta 18 dólares por mes. Comprobamos así que el segundo problema del argentino-macho, después de seducir a la hembra de su entorno, es la falta de dinero para agasajarla.
La hembra-argentina no nace, pues, entre algodones: nace, vive y muere entre piropos y miradas de fuego. Por cada mujer que camina por la calle moviendo el culo, hay doce creativos publicitarios sin trabajo persiguiéndola con frases de amor llenas de originalidad y lujuria.
Un 70% de las mujeres argentinas elige a un hombre de su patria y comparte con él la vida, pero otros muchos varones, cansados de luchar contra una hembra autóctona cada vez más vanidosa e histérica, deciden emigrar a España. Y allí se encuentran con un mercado completamente virgen.
El español-macho, desde el principio de los tiempos, se topa con el mayor problema de su especie: matar a todos los toros y arrancarles una o las dos orejas. Según su óptica, el toro es un animal hermoso y exigente. Para seducir a las mujeres españolas mientras torean, se disfrazan de arlequines foforescentes.
¿Por qué el español-macho sacrifica mamíferos en una plaza pública, en lugar de ejercitar los bíceps en un gimnasio o el arte de la oratoria? Porque se saben incapacitados para otros tipo de deportes en los que hay que enfrentarse a otros seres humanos (por ejemplo el fútbol o el cortejo de seducción) y prefieren enfrentarse a animales asustados. Comprobamos así que el segundo problema del español-macho, después de la tauromaquia, es su complejo de inferioridad competitiva.
La hembra-española, por ende, tampoco nace entre algodones. Lo hace esquivando las patadas de padres, hermanos y novios quienes, al creer que el toro es la exégesis de su masculinidad, tratan a sus hembras como si fuesen vacas. Cansadas de no recibir piropos, agasajos y mimos, la hembra-española (al menos la que no muere por los golpes) se toma un taxi y se va a los aeropuertos, a esperar hombres de otras latitudes, a ver si hay suerte.
Y justamente desde los aeropuertos arriban, cansados de las exigencias femeninas de su especie, los argentinos-macho, con los puños llenos de verdades y la cavidad bucal explotando con piropos y lisonjas. El argentino-macho llega a España buscando una mujer serena que no esté acostumbrada a la caricia, y la hembra-española busca un hombre que sepa conversar de algo interesante durante más de dos minutos. ¡Feliz coincidencia!
¿Pero qué pasa con las argentinas-hembra que, cansadas de la penuria económica, también emigran a España? Ocurre, como es lógico, que se sienten descolocadas al caminar por las calles moviendo el culo. Les extraña no oír los piropos de siempre, ni las frases dulces almibaradas de lujuria. Y es que el español-macho, a esa hora, está mirando los toros o doliéndose porque su equipo de fútbol ha perdido otra vez en cuartos de final.
Las muy pocas argentinas-hembra que traban relación sentimental con un español-macho, lo hacen por interés (que es la segunda característica de esta especie, después de la belleza). El resto, a la larga, se consigue un argentino-macho emigrado, o se vuelve a la patria para escuchar otra vez, de boca de sus hombres autóctonos, lo lindo que balancea el traste. Y se sienten otra vez arropadas y en paz.
* Argentino que vive en Barcelona, casado con una catalana.
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11 comentarios:
Es genial.
ahora todo es mas claro ... ahora todo se ve de otro modo ... ahora lo comprendo todo
yeah, tomatelo con humor, sino no podes leer nada. Es un texto humoroso, obvio que es un estereotipo!
A mi me encanto, pero si fuese español no me hubiese gustado tanto.
Es verdad lo que dice sobre la labia argentina, es un clasico y no solo para el levante.
si, pero a veces esa labia es para el culo porq los hace verse tan pedantes!!!
Yeah: como dice Marplanauta, es un texto de humor donde ademas de estereotipar se caricaturiza(tanto para los argentinos como para los españoles)
Si, después de todo nos muestra a las argentinas como histéricas incansables.
los argentinos conocemos bien los males que nos ha traido la "viveza criolla"
Es impresionante este muchacho... BUENISIMO el texto...
y el mismo es tan cierto como que TODOS los argentinos somos TAN VIVOS!
Jajajaja de lo que habla tanto de Argentinos como de las Argentinas, ya lo conocia... pero te juro que todavia me cuesta creer eso de que los españoles sean asi... y que las mujeres españolas lleguen virgen a los 25, y no justamente por conviccion, ni hablar!!!
Yo ni en pedo voy a España si es asi... salvo para visitarte a vos y despues me cruzaria a visitarla a Sil!!!!
Che, una pregunta... no hay taxi boy alla??? Pero naaa, pagar por un hombre?? mmmmmm
Otro que viene a hablar mal de los porteños...
Pai: ojo! no hablamos de EUROPA, hablamos de España solamente. Si te vas a Italia, te va a tocar pelearla peor que en ARgentina.
Vir: conozco quien llegó virgen a los 28!!!!!!!!
Y si, hay taxi boys, pero viste que son todos como muy gays...
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