domingo, febrero 22

Durante toda mi vida en Argentina, ni yo ni mis amigos teníamos teléfono móvil, asi que la noche que si una noche no había arreglado nada con nadie y me daban ganas de salir, me iba sola al antro correspondiente/garito de turno, segura de que me encontraría con algún amigo/conocido/amigarchi/follamigo.

Anoche no había quedado con nadie porque tenía el cumpleaños de mi hermano, pero se pospuso para el sabado que viene y yo no tenía plan.
Asi que salí sola y en la primera parada que hice, encontré a mis amigos.

Me encantó vivir esa sensación tan argentina.
Como de pertenencia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si es que los teléfonos móviles se han cargado el lado romántico de la vida.