Si se presenta intempestivamente una oportunidad de mantener un encuentro íntimo con tu pareja o compañero ocasional y el encuentro se trunca o por lo menos se pospone porque no hay preservativos, no hay muchas alternativas. A todos nos habrá pasado alguna vez; y al que no, mejor que esté prevenido. El que no estaba muy alerta fue Martín alias Chatrán, quien ya bien ebrio emprendió viaje desde el boliche hasta su domicilio con señorita bien dispuesta. Y habría que agregar responsable, pues fue ella quien se negó a realizar nada sin condón. No tenía en su casa. No había quioscos cerca y los de lejos estaban cerrados por la hora. Era temporalmente imposible ir a una farmacia de turno y encima aún no se había aplicado la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, que hoy obliga a distribuir preservativos gratuitamente en todos los hospitales públicos del país. ¿Qué hizo Chatrán? Fue hasta la cocina, manoteó el rollo de papel film que su mamá usa para envolver vaya uno a saber cuántas comidas, vistió su muñeco con no más de dos vueltas hasta que luciera como una longaniza de exportación y entonces los dos no hicieron más que seguir con lo que había empezado. Chatrán dice que estuvo bueno y que funcionó bien, pero que si ahora le dan a elegir prefiere vestir su muñeco como Dios manda: con un condón, diseñado a medida
Es bueno saberlo, ya que si hoy por hoy se me presentara la posibilidad de garchar y no tuviese forros/condones, no puedo permitirme el lujo de decir que no.
De hecho ahora sería capaz de aceptar hasta que se la envuelva con papel de aluminio!
Extraído de esta nota que salió en el No del 19/10