Bichos raros

Anoche fue la primera Nochebuena de Candelita y decidimos pasarla nosotros solos.
La idea era que yo preparaba un plato y Lu otro, pero cuando llegué me enteré que los vecinos pescaderos les habían regalado gambas rojas y "normales" y cigalas por lo que el plato de Luciana pasaría al almuerzo/comida de hoy.

Ya superé el asquito que me daba antes comer estos bichos, aunque todavía no me atrevo a chuparles la cabeza (algo que solo me pasa con los mariscos) pero lo que no me daba miedo era nuestra inexperiencia absoluta a la hora de cocinarlos.
Cómo saber si ese bicho, con la carne tan escondida está crudo o no?
Cómo saber si lo que estamos comiendo está cocido si no sabemos que gusto debería tener?

Y ahora que tengo la cigala en el plato, cómo se pela? (duda que solo me ataca frente a un marisco)
Así -dijo Lu- y como si fuera una masajista haciendole sonar los huesos a su paciente, me rompió toda la parte de afuera, para darme acceso a lo de adentro.
Lo que no pudimos hacer, fue comernos lo de las tenazas, porque no las pudimos romper. Parece que hacían falta unos adminículos que en las casas de los argentinos no hay.

Despues de cenar, bajaron los citados pescaderos a tomar algo y a enterarse que en Argentina a las 12 brindamos.

En un momento de la noche fui al baño y cuando volví me encontré con que el vecino habia traído a su mascotita para que la vieramos. UN LAGARTO!!!! Me quedé dura donde estaba y lo miraba con cara de asco desde lejos, mientras todos me arengaban a que lo tocara, diciendome que era re lindo y que no hacía nada, y ante la insistencia de la concurrencia decidí acercarme muy lentamente y pasarle un dedo por el cuello durante una décima de segundo, manteniendo la cara de asco.

Para qué lo tocaste? -me preguntó detector-
Para contarlo en el blog.