jueves, septiembre 21

Vuelve vuelve primavera!

Un post para los que viven de este lado del mundo.


Comentándolo ayer con mi compañera de trabajo, me di cuenta que lo que para mi es lo mas normal del mundo, puede resultar curioso para otros.

En el hemisferio sur comenzó la primavera.
En Argentina, se festeja tambien El Día del Estudiante, y como no hay clases todo el mundo -en edad escolar- se lanza a los parques, plazas, etc a festejarlo con el tradicional Pic Nic del día de la Primavera

En mi época eramos bastante tranquilos e inocentes, ademas de 5 años de secundaria/instituto, el último lo festejé en Bariloche (viaje de estudios) y los demas creo recordar que llovió siempre.

Años mas tarde a una radio de música Dance se le ocurrió festejar el día haciendo una Rave y supongo que eso fue lo que marcó un antes y un despues en las historias del 21 de septiembre.
La gente se descontrola cada vez mas, aprovechan ese día para ponerse en pedo mal, drogarse hasta el culo y provocar desmanes.

Donde quedaron aquellas épocas donde lo mas osado era terminar a los besos con ese chico que iba al otro curso que tanto te gustaba?




Me salió re de vieja este post.


Espectáculos programados para hoy

5 comentarios:

El Tanguero Nocturno dijo...

Feliz día de la Primavera Negra

Anónimo dijo...

Bueh, me pasó lo mismo que a Amergin. Estaba pensando: Le pintó el abuelismo a la negra! cuando leí la aclaración en la que te hacés cargo :D
En mi época también se ponían en pedo aunque sin música electrónica. Igual confieso que JAMAS fui a uno de esos festejos.

Anónimo dijo...

Ayer estaba Pablito haciendo llamadas felicitando el día de la primavera.

Besote, Negra.

Unknown dijo...

Para mi este fue el GRAN DÍA DE LA PRIMAVERA!!! Ese que nunca nunca me olvidaré... y eso que no me puse en pedo, no me drogué, no provoqué desmanes...

Anónimo dijo...

Pues yo sí soy "vieja" :p y me acuerdo de mis épocas de picnics de estudiantes allá por los ´60 (1960, si, milenio pasado) donde a lo más que llegábamos con ese chico que iba al otro curso que tanto te gustaba es a un par de besos...
"Piquiniquis" que organizábamos con cuidado; un mes antes comprábamos las "espores" (para los no argentinos no entrerrianos, zapatillas, tennis) o alpargatas de colores que eran lo último, haciendo juego con una blusa o "chomba". Entre medio, un pantalón Kansas o Topeka, sombrero con grandes flores de tela, uñas y labios coloreados (¿decolorados?) de blanco, tremendos anteojos de colores con vidrios de colores...

Y la canasta. La canasta era lo más. Canasta de mimbre, como en las películas, y a falta de la canasta, la bolsa de plástico de las compras..ahí iban el termo con agua caliente para los mates, el termo con la gaseosa (Crush o Bidú), el mate, bombilla, yerba, y luego los sándwiches caseros de milanesa, lechuga y tomate. Los huevos duros, aparte. La sal que nadie llevaba y había que pedir a los chicos del otro mantel (que era donde depositábamos toda esa comida más fruta, y la "spika" o radio a pila que no podía faltar).
Ya listos y llenos de emoción, impregnados en un repelente repelente marca "pelente" que hacía que los mosquitos nos localizaran más rápido, salíamos temprano a buscar un árbol en el parque y ahí esperar a los otros chicos y chicas.
Por ahí, algún audaz fumaba un cigarrillo, y era detectado por todos ya que no fumaba casi nadie...Eso sí, a cuidar bien de no llegar a casa con olor a humo. Bueno, con el olor del repelente bastaba.
A la tardecita, cambiábamos las viandas sobrantes: ¿había milanesas de más? llevarlas al grupo de los "varones" que siempre tenían hambre y las cambiábamos por algún trozo de torta desmigajado, que ellos varonilmente "despreciaban".
Ahí era cuando alguien decía que faltaba poco para irnos (o venir el colectivo a buscarnos) y que había que aprovechar a ver el atardecer sobre el río (Paraná), y si, era ahí, ya agotadas las pilas de la "spika", con el lápiz labial cuarteado (no había forma de retocarnos, nos maquillábamos a escondidas con un único lápiz que era comprado y escondido para situaciones tan especiales como esa), algún chico que durante todo el año y el año pasado miramos y nos miró, nos decía: "allá arriba donde está ese árbol, se ve mucho mejor,¿venís conmigo?".

Sé dónde está ese chico. Ese que rascaba la guitarra. Ese que me dio un beso y yo del susto no abrí los ojos ni respiré ...
Ahora es un señor calvo, casado con hijos y nietos, que ¡quién sabe! pueda que lea este comentario, y recuerde lo que cantábamos llenos de euforia y optimismo:

"...los que lo son, los que lo fueron antes,
los que por siempre tienen de estudiantes
para toda la vida el corazón!"